lunes, 23 de febrero de 2009

Pastelero a sus pasteles

Una ves me antoje por un pastel que se veía exquisito, su forma sabrosa,
su textura y olor era pura pasión,
solo me lo ponían en la mesa, era cosa mía si me lo servía o no,
trate de evitarlo muchas veces, me daba miedo si el sabor me quedaría gustando,
un día no pude resistir la tentacion, y probé!
Diré que sabia a; una cosa dulce muí dulce parecida al chocolate, al azúcar,
su textura era suave, su color deslumbraba y aunque olor t provocaba una cosa de sentimientos encontrados, no sabia si seguir o parar por aquel placer culpable.
Del antojo paso a ser un gusto, de un gusto a una cosa parecida a la obsesión, de comer cada ves mas y encaprichada de saber bien que era lo que me esperaba en el centro de aquel pastel.
Con el paso del tiempo un cambio ocurrió en mi,
el pastel perdía su olor su encanto, el pastel no tenia la frescura del primer día,
el pastel logro malestares en mi; cabeza, estomago, pecho, corazón y hasta insomnio sufrí.
descubrí que me había intoxicado,
aquel pastel, en el fondo eso que llamaba mucho mi atención, resulto ser
veneno,
un veneno dulce, pero veneno al fin y al cabo.
Creo que no paso mucho en mi y logre desintoxicarme luego por que anteriormente ya me había intoxicado con una TORTA! NO UN PASTEL, SINO UNA TORTA UNA TORTA DE BODA.
Aprendizaje:
por mas cautivante y delicioso que se vea aquel pastel, ten cuidado con introducir tu cuchara y probar aquel trozo, te puede quedar gustando y no ver en realidad que aquello que se veía tan lindo y exquisito era nada mas y nada menos que veneno.



Recordé que ahora ese pastel esta en otros platos otras cucharas y otras bocas,
se me olvido pasar el dato, habrá una masa de mujeres intoxicadas.

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